Huachipato entró casi como un "invitado de piedra" a los play-offs, pues lo hizo en el sexto lugar de la fase regular, sólo superando a Audax Italiano y Unión Española.
Sin embargo, los dirigidos por Jorge Pellicer mostraron toda su eficacia en la postemporada, dejando en el camino a Palestino en cuartos de final (1-1 y 2-1), Rangers en semifinales (1-0 y 1-1) y a los hispanos en el partido decisivo.
Nadie habría pensado que el equipo siderúrgico iba a levantar la copa de campeón, cuando sumaba derrota tras derrota en el inicio del torneo.
De hecho, su primer triunfo llegó recién en la quinta fecha, cuando superó 4-1 a Deportes Iquique en Talcahuano. Después encadenó tres victorias al hilo.
Los negriazules lograron en el torneo un hito importante: se hicieron fuertes en calidad de visita. Pese a que perdieron con Colo Colo y Universidad de Chile en la fase regular, tuvo triunfos importantes como visita.
Superó a Universidad Católica 0-3 en San Carlos de Apoquindo; hizo lo propio con O'Higgins, ganando 2-4 en Rancagua y venció 0-2 a Unión La Calera en el "Nicolás Chahuán".
Además, el técnico Jorge Pellicer condolidó un equipo de mucho equilibrio y con buenas individualidades, que llevó al campeón del sur a conseguir su segunda corona en Primera división, casi 30 años después de su primer título.
El portero Nery Veloso creció una enormidad y fue prenda de garantía en el arco, Omar Merlo fue un pilar de la defensa; Lorenzo Reyes y Gabriel Sandoval fueron fundamentales en el mediocampo, mientras el talento de César Cortés tuvo expresiones superiores. Finalmente, Manuel Villalobos y el uruguayo Braian Rodríguez siempre aportaron con goles.
Así, Huachipato logró un hito histórico, celebrando ante su gente, en el nuevo Estadio CAP una de sus mayores alegrías.